Desde su fundación en Murcia (España), allá por 1912, conservación, reusabilidad, calidad y durabilidad son palabras que han formado parte del ADN de Laken.

Hoy, las cosas han cambiado mucho. La tecnología ha evolucionado vertiginosamente, han cambiado los materiales, la manera de tratarlos, las terminaciones, los diseños… Los consumidores somos mucho más exigentes en cuanto a apariencia y prestaciones, tanto dentro como fuera de casa y, además, nos enfrentamos a uno de los grandísimos desafíos de este siglo: la reducción del consumo de plástico desechable.

Aunque de manera completamente distinta, 100 años después, en Laken, seguimos fabricando botellas, cantimploras y otros recipientes reutilizables de aluminio, acero inoxidable y plástico de última generación, de altísima calidad y durabilidad, que ofrecen el máximo rendimiento térmico y un diseño muy cuidado.